Conoce qué es un mal hábito financiero, cómo identificarlo y la forma de sustituirlo por uno bueno.
¿Qué es un mal hábito financiero?
Un hábito es una “costumbre o práctica adquirida por frecuencia de repetición de un acto". Se podría decir que un mal hábito financiero es toda acción aprendida que se repite e implica el manejo del dinero y te causa perjuicios de cualquier tipo, como la falta de efectivo o los gastos innecesarios.
El cerebro tiende a aprender hábitos porque implican hacer menos esfuerzo para realizar determinadas acciones. Son como caminos ya trazados, que no debe descifrar el cerebro cada vez que los vaya a recorrer.
Los malos hábitos crean una cadena de otros semejantes, pero también pueden ser cambiados por otros que sean beneficiosos para ti. No es suficiente con saber qué es un mal hábito financiero para modificarlo, sino que requieres de un proceso que empieza con la identificación del mismo.
¿Cómo identificar los malos hábitos?
Todos los hábitos están compuestos por 3 elementos:
- La señal. Es el elemento que llega al cerebro para iniciar una rutina, un estímulo.
- La rutina. Es la ejecución del hábito mediante la acción.
- La recompensa. Es el placer que queda grabado en el cerebro al haber realizado esa acción.
Siempre hay una señal que desencadena la necesidad de seguir la rutina aprendida, y luego el placer, que no necesariamente es algo positivo para ti. Es tu deber identificar a tiempo esa señal para modificar ese hábito.
Darte cuenta de cuál es la señal que genera la búsqueda de una determinada recompensa es el primer paso para transformar un hábito negativo en uno positivo.
¿Cómo instalar nuevos hábitos financieros?
Si el desorden financiero es causado por un mal hábito que se creó por la repetición de una acción, lo mismo ocurre a la hora de implantar nuevos buenos hábitos. La pregunta clave es: ¿durante cuánto tiempo se tiene que repetir esta nueva acción?
No existe una respuesta exacta porque depende tanto del hábito como de la persona, aunque el punto central es la repetición y constancia. He aquí algunos consejos para implantar un nuevo hábito:
- Trabajar uno a uno. Trabaja una meta a la vez antes de pasar a la siguiente, de manera que te mantengas enfocado.
- Fijar metas claras. Debes especificar lo mejor posible tu meta, como algo medible. Un ejemplo sería ahorrar una cantidad determinada de dinero al mes.
- Establecer rutinas. Repite las acciones positivas, que te acercan a tu meta.
- Hacer estrategias propias. Busca y explora métodos que te funcionen.
- Llevar un control y autopremiarse. Anota los progresos, los cuales varían según cada hábito que trabajes. Recuerda darte recompensas cuando notes que haces una acción de forma espontánea, y no como algo consciente.
Cambiar un mal hábito financiero requiere de tiempo y esfuerzo, pero puedes lograrlo fijando tus metas y ahorrando para conseguirlas.