Crecimiento de 2.6% para 2016 apoyado en la fortaleza del consumo privado: BBVA Bancomer
13 jun. 2016
Favorable desempeño del mercado interno predomina sobre el complejo entorno externo
El crecimiento global continúa con su moderación ante la desaceleración del comercio internacional y la mayor frecuencia e impacto de los eventos de incertidumbre.
El aumento del PIB mundial durante el primer trimestre del año estuvo por debajo del promedio registrado entre 2010 y 2015. Este ritmo de crecimiento podría acelerarse ligeramente en el segundo trimestre, aunque no lo suficiente para que el avance anual de la economía mundial se sitúe en torno al 3.2% en 2016.
Frente a este entorno externo, el mercado interno ha mantenido su fortaleza, lo que en buena medida lleva a revisar al alza el pronóstico de crecimiento para este año de 2.2% a 2.6%.
El alza del pronóstico de crecimiento económico para 2016 se sustenta en dos razones: i) la sorpresa positiva que registró el crecimiento del PIB durante el primer trimestre; y ii) la solidez que exhibe y se espera que mantenga el consumo privado en 2016.
La inflación continúa con su comportamiento favorable a tal grado que se ha mantenido por debajo de la meta de 3.0% durante 13 meses consecutivos a pesar de la depreciación cambiaria.
Las preocupaciones por el ciclo global y las expectativas sobre el ritmo de normalización de la política monetaria en EE.UU. se han combinado con algunos intervalos de clara diferenciación negativa del peso mexicano para llevar al dólar nuevamente a niveles por encima de los 18 pesos, lo que la mantiene como la segunda moneda más depreciada entre las divisas emergentes.
El Informe Situación México destaca que la fortaleza del mercado interno sustenta un incremento en la expectativa de crecimiento de BBVA Bancomer para 2016 de 2.2 a 2.6%. Lo anterior, a pesar de un entorno global complejo caracterizado por la moderación del crecimiento y la desaceleración del comercio internacional.
Los datos disponibles hasta ahora confirman que la reducción del crecimiento global aún está presente. El crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial durante el primer trimestre del año estuvo por debajo del promedio registrado entre 2010 y 2015. Este ritmo de crecimiento podría acelerarse ligeramente en el segundo trimestre si se consolidan las señales de menor deterioro de los indicadores disponibles de producción, comercio y confianza empresarial; aunque no en la magnitud suficiente para que el avance anual de la economía mundial se sitúe en torno al 3.2% (nuestra previsión para el conjunto de 2016).
En este contexto global que tiende hacia tasas de crecimiento moderadas, el sector interno de la economía mexicana ha mantenido su fortaleza, lo que en buena medida lleva a revisar al alza el pronóstico de crecimiento para este año. En particular, se incrementó el pronóstico de crecimiento económico para 2016 de 2.2% a 2.6% con base en dos razones: i) la sorpresa positiva que registró el PIB, cuyo crecimiento trimestral fue de 0.8% en su serie ajustada por estacionalidad; y ii) la expectativa de que el consumo privado seguirá siendo el principal componente de la demanda agregada que impulsará el crecimiento económico de 2016. Los datos de consumo privado del primer trimestre confirman que este componente de la demanda agregada sigue siendo el punto de apoyo del crecimiento económico.
Al igual que en 2015, el consumo privado estará apoyado este año por incrementos en el salario real, remesas en moneda nacional y la continuidad de los programas de formalización del empleo. Sin embargo, el sector externo, la inversión productiva y las finanzas públicas aún representan riesgos para el pronóstico. Esto debido a que podría continuar el desfavorable comportamiento de las exportaciones manufactureras y el deterioro de la balanza petrolera en los siguientes meses.
Aun cuando recientemente se ha observado un mayor dinamismo en la economía, la inflación continúa con su comportamiento favorable a tal grado que se ha mantenido por debajo de la meta de 3.0% de forma ininterrumpida durante los últimos 13 meses. La favorable evolución responde principalmente a la holgura que persiste en la economía, la disminución de algunos precios que ha provocado un efecto compensación del traspaso del tipo de cambio a la inflación (pass-through) y el anclaje de las expectativas de inflación.
Por ello, lo que se sigue observando es un cambio en precios relativos y ausencia de efectos de segundo orden. Se mantiene la previsión de que la inflación anual cerrará el año cerca del 3.0%. No obstante, el previsible aumento en los precios de la gasolina en la segunda mitad del año sesga al alza a el pronóstico.
En los mercados financieros, la mayor frecuencia y persistencia de los episodios de riesgo ha quedado de manifiesto en la cotización del tipo de cambio, que al momento sigue siendo la principal variable de absorción de choques. Y es que las preocupaciones por el ciclo global, las expectativas sobre el ritmo de normalización de la política monetaria en EE.UU. se han combinado con algunos intervalos de clara diferenciación negativa del peso mexicano para llevar al dólar nuevamente a niveles por encima de los 18.2 pesos por dólar, lo que la mantiene como la segunda moneda más depreciada entre las divisas emergentes. Sea cual sea el origen, el hecho es que la mencionada diferenciación ha exacerbado la depreciación del peso, lo cual en un contexto con riesgos al alza en lo que resta del año, y esto hace pensar que la apreciación desde los niveles actuales podría ser más limitada de lo anticipado.
La incertidumbre cambiaria detonó nuevamente la expectativa de un movimiento al alza y fuera de calendario de la tasa de referencia. Aunque la comunicación del banco central ha sido contraria a este escenario, la debilidad del peso y la menor probabilidad de un movimiento por parte de la FED en junio, mantienen las expectativas de una divergencia entre la política monetaria de México y EE.UU. De esta manera, si bien la sincronización con la FED se mantiene en el escenario central, la probabilidad de un alza de Banxico, desligada de una mayor tasa de fondos federales, se ha incrementado.
Este contexto más volátil y con expectativas de alza de la tasa de interés de referencia se ha reflejado en un repunte de las tasas de interés de largo plazo. Al respecto BBVA Bancomer mantiene su expectativa de que el rendimiento del Mbono a 10 años podría ubicarse ligeramente por debajo de 6.5% al cierre de este año.
En suma, la economía mexicana se ha visto afectada por el contexto de una débil recuperación de la demanda externa, principalmente de Estados Unidos, y los menores precios del petróleo. Esto se ha traducido en una desaceleración en el crecimiento de las exportaciones mexicanas y en recortes al presupuesto de gasto por parte del gobierno federal. Aún en estas condiciones la economía ha resistido una mayor desaceleración y el buen dinamismo del consumo privado ha compensado hasta ahora la debilidad de la demanda externa y la volatilidad del mercado cambiario.
¿Dónde se puede encontrar la publicación?
La publicación “Situación México” correspondiente al Segundo Trimestre de 2016 se realizó bajo la dirección de Carlos Serrano, Economista Jefe de BBVA Bancomer y el equipo formado por Javier Amador, Iván Martínez, Javier Morales y Arnulfo Rodríguez, economistas encargados de la elaboración de la publicación, además de contar con la participación del área de Escenarios Económicos de BBVA Research. Esta publicación en español y su versión en inglés así como el resto de documentos elaborados por el Servicio de Estudios Económicos de BBVA Research pueden consultarse en la página de Internet:
http://www.bbvaresearch.com/category/geografias/mexico-geografias/
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