La Cuarta Revolución Industrial en el mundo de la Asesoría Financiera
24 mar. 2023
En algún momento de la vida académica se estudió el evento histórico que supuso la Revolución Industrial del siglo XVIII, pero poco se podría haber pensado que formaríamos parte del momento en donde la digitalización, los grandes volúmenes de información, la hiperconectividad y la globalización en general, marcarían el inicio de nuevas formas de interacción humana.
A partir de 1760, con la primera revolución industrial por medio del uso del carbón y el vapor, cada 100 años aproximadamente se han presentado periodos de cambio que marcan nuevos rumbos en el desarrollo humano: la década de 1860 con el uso de la electrificación y en la de 1960 con el desarrollo de las comunicaciones, el universo del cómputo y la biotecnología. Estas tres etapas podrían indicar la materialización de un próximo salto alrededor de 2060, sin embargo, la velocidad de cambio en los desarrollos tecnológicos, su impacto social, humano, económico y la interconexión global que existe actualmente, están reduciendo exponencialmente este periodo de tiempo.
Esta llamada cuarta revolución industrial bien podría conocerse como la revolución digital, misma que está traspasando las barreras de los medios físicos, digitales y biológicos, con la posibilidad de contar con millones de personas interconectadas con sus dispositivos móviles, capacidad de procesamiento y almacenamiento de datos sin precedentes.
El mundo financiero es una punta de lanza en este momento de inflexión histórico, en donde las entidades demandan asesores financieros que pueda asumir rápidamente y de la mejor manera el entorno tecnológico y globalizado en el cual puedan atraer y retener inversores, considerando que actualmente existe una gran diversidad de herramientas y aplicaciones que promueven una asesoría financiera para inversionistas de todo tipo, a muy bajo costo y con alcance mundial.
El uso de estos asesores automatizados o robo advisors, han tenido una profunda evolución a partir de su nacimiento en 2008 en el mercado estadounidense, de tal forma que hoy ya son una opción establecida en varios países del mundo. En una visión a futuro, su funcionamiento se verá fortalecido por elementos del mundo de la inteligencia artificial pero difícilmente podrán dejar de lado el riesgo en temas de ciberseguridad.
Contrario a lo que varios inversores piensan sobre el funcionamiento de los robo advisors, son humanos, expertos inversores, quienes deciden dónde se invierte. Éstos, normalmente se guían por estrategias de largo plazo. El robot automatiza por medio de algoritmos todo lo que puede automatizarse con el objetivo de evitar errores, ahorrar costos y simplificar el proceso de inversión, pero debe recibir actualizaciones periódicas de los asesores a cargo de la estrategia.
El asesor financiero brinda un mejor enfoque de términos y conceptos que van formando e instruyendo al cliente dentro de los temas económicos y todavía hoy, para una gran mayoría de inversores, el saber que pueden poner cara y hablar en directo con su asesor, crea un sentido de confianza.
¿Cuáles serán entonces las claves de supervivencia para los asesores financieros humanos? Entre las más deseables estarán: conocimiento profundo y global de su campo, dominio y uso de tecnologías y aplicaciones como herramientas de análisis, versatilidad de respuesta y una calidad de atención de excelencia a sus clientes.
En este contexto, ya se vislumbra el factor común de las pasadas revoluciones industriales y que no será distinto en esta cuarta ocasión: es necesario evolucionar y adaptase al componente diferenciador para no ahogarse en los remanentes de la ola.
Columba Barojas Amador
Especialista de Inversión – BBVA Banca Patrimonial y Privada
columba.barojas@bbva.com