Risk Off: Generando valor con riesgo
18 mar. 2022
El riesgo se define como la incertidumbre sobre los eventos futuros que podrían implicar que las expectativas que tenemos sobre un suceso cambien de manera abrupta generando consecuentemente que los resultados sean diferentes a los esperados de manera inicial.
Dentro del medio financiero existen diferentes medidas estadísticas que nos permiten conocer los riesgos de un determinado activo dados sus desempeños históricos y con dicha información determinar su comportamiento futuro bajo ciertos escenarios, sin embargo, es prácticamente imposible predecir con exactitud el comportamiento de una variable ante acontecimientos que, de manera histórica, nunca habían ocurrido o ante diferentes series de eventos que se conjugan al mismo tiempo.
Del lado del inversionista el riesgo se concibe de una manera más compleja pues ante momentos de alta incertidumbre en el mercado, las emociones personales se hacen presentes dificultando consecuentemente la toma de decisiones y creando sesgos inconscientes que hacia adelante limitan al inversionista a considerar activos cuya experiencia en el mercado fue negativa.
Sin embargo, aunque dentro del mercado la predicción de variables puede resultar complicado, y aún más en periodos de alta incertidumbre, la historia nos ha enseñado que el riesgo vuelve a la normalidad y los mercados, tarde o temprano, tienden a recuperarse. A modo de ejemplo consideremos la abrupta caída que tuvo el S&P 500 desde máximos históricos del 34% en prácticamente mes y medio, de mediados de febrero de 2020 a finales de marzo del mismo año derivado de la pandemia del COVID como de sus implicaciones en la economía, para posteriormente volver a tocar los mismos niveles máximos 5 meses después. Por su parte, el riesgo medido a través del VIX, que es un indicador de mercado que, de manera generalizada, ayuda a medir la aversión al riesgo por parte de los inversionistas; se incrementó por encima del 300% para después y de manera gradual comenzar a disminuir apoyado principalmente por el control de la pandemia, así como de las políticas monetarias y fiscales de las diversas economías.
No obstante, el incremento en la volatilidad de manera importante también logró generar oportunidades de inversión; principalmente a través de la estructuración de productos en el mercado de derivados donde a pesar de la incertidumbre e incluso, ante mercados bajistas o laterales, abren la oportunidad de generar rendimientos atractivos; al mismo tiempo que equilibrar la relación riesgo – rendimiento dentro de los portafolios, pues al tomar posiciones dentro de activos cuyo rendimiento no dependa necesariamente del alza en los mercados, se logra contener el riesgo de nuestros portafolios sin necesariamente sacrificar el rendimiento del mismo.
Como mensaje principal se puede decir que, aunque es prácticamente medir con exactitud los movimientos de un activo en el mercado, dado los nuevos acontecimientos que van surgiendo tales como: pandemias, crisis, guerras, etc.; sí se ha observado que de manera histórica los riesgos se diluyen de manera paulatina y los mercados continúan con su camino ascendente de largo plazo, por lo que la paciencia es clave importante para nuestras metas financieras. En segundo orden, cuando la volatilidad se incrementa también existen oportunidades, ya sea a través de estrategias estructuradas cuyo rendimiento no dependa necesariamente del alza en los mercados, o a través de otros productos como ETF´s o acciones que anteriormente parecían caras. Esto debido a que las inclusiones de algunos activos financieros nos permiten capitalizar la volatilidad, incluso ante mercados bajistas, por lo que el inversionista más allá de rehuir del mercado ante escenarios de alto riesgo, pueden aprovechar esta volatilidad buscando generar rendimientos atractivos incluso en escenarios poco conocidos.
Alberto Jiménez Nolasco
Investment Counselor | BBVA Banca Patrimonial y Privada
alberto.jimenez.1@bbva.com