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La importancia de las fuentes de alpha hacia la nueva normalidad

21 ago. 2020

Julio Sánchez, CFA

En los mercados bursátiles, una forma de descomponer el comportamiento de los activos financieros es a través de los componentes de beta y alpha. Históricamente, se estima que entre el 60% y 80% del rendimiento de los activos ha sido definido por la beta; no obstante, debido al entorno actual, caracterizado por tasas nominales bajas, tasas reales negativas y estímulos fiscales/monetarios, la fuente de alpha comenzará a tomar mayor relevancia hacia adelante.

La clasificación de beta y alpha fue introducida en la industria financiera durante la década de los 60s cuando J. Treynor, W. Sharpe, J. Lintner y J. Mossin desarrollaron teorías para simplificar la estructura de mercado y las preferencias de los inversionistas. El componente de beta se refiere a la proporción del rendimiento de un activo atribuible al movimiento generalizado del mercado, mientras que alpha hace alusión a la porción idiosincrática del instrumento. Un ejemplo reciente de ello se puede observar en la caída de los mercados financieros durante el pasado marzo: la disminución generalizada en los precios de los activos al descontar una recesión global, representa el efecto de beta (también conocido como riesgo sistémico o no diversificable); mientras que el componente de alpha (riesgo específico) explica la razón por la cual sectores vulnerables a la crisis -como el aeroportuario, por ejemplo- mostraron una caída más pronunciada en comparación con sectores defensivos como consumo básico.

El comportamiento de la beta ha evolucionado con el paso del tiempo. El promedio de los rendimientos anuales de la renta variable mundial (MSCI ACWI Index) en la década de los 90s fue 10.2%, mientras que de 2010 a la fecha ha disminuido a 7.3%. Por otro lado, en los bonos con grado de inversión a nivel mundial (Barclays Global Aggregate Bond Index), la media se ha reducido de 8.1% a 2.5% en los mismos plazos. Este acotamiento en el rendimiento de los activos globales se debe a diversas razones como la evolución en las economías desarrolladas y emergentes, un cambio estructural en las políticas económicas internacionales, la globalización, el desarrollo tecnológico, entre otros factores. Actualmente, nos estamos posicionando en un entorno similar al post-crisis subprime, caracterizado por tasas nominales bajas por un tiempo prolongado, tasas reales negativas y estímulos fiscales/monetarios agresivos. La diferencia en la época actual es que el nivel de tasas nominales internacionales es aún más bajo y las valuaciones de renta variable parecieran estar sobre estimando la recuperación económica. Esto implica una posible limitante en las ganancias de capital de mediano plazo en las betas de renta variable y renta fija.

Dicho cambio estructural es la razón por la cual, la asignación de recursos a nivel mundial se está redistribuyendo hacia inversiones alternativas como los commodities, y las fuentes de alpha, no deberían ser la excepción. Las formas más tradicionales de obtener alpha son mediante estrategias relativas y stock picking. Las estrategias relativas son aquellas que tienen como objetivo tomar ventaja del diferencial de precios entre dos activos financieros. Un caso particular, son las estrategias beta-neutral, donde simultáneamente se compra un activo y se vende otro, neutralizando así el efecto de la beta y buscando generar arbitraje entre los riesgos específicos de los instrumentos. El stock picking, por su parte, es la inversión particular en un activo donde, a pesar de que se tiene exposición al riesgo sistémico, se espera que el rendimiento de alpha compense una posible caída en beta. 

La nueva normalidad traerá consigo retos importantes a los inversionistas, debido a que, en un entorno de tasas reales negativas, lo más preocupante es preservar el poder adquisitivo. En definitiva, cada vez es más complicado generar rendimiento de forma eficiente, para lo cual, las diversas fuentes de alpha tendrán un papel importante hacia adelante.
 

Julio Sánchez , CFA
Executive Director Modelos Cuantitativos y Presupuesto de Riesgo  – BBVA Asset Management
julioalberto.sanchez.trujillo@bbva.com

Esta es una colaboración para la columna "Finanzas para Todos" del periódico El Economista. Consulta también la nota aquí.