El peor enemigo del poder adquisitivo… la inflación personal
12 abr. 2019
Una familia compuesta por tres personas, para irse de vacaciones hoy tendrían que pagar el equivalente a cuatro personas en comparación de las tres que hubieran pagado hace seis años. La inflación de hoteles y gastos en paquetes turísticos ha sido entre 1.3 y 1.4 veces más que la inflación general en México.
De acuerdo con Banco de México, la inflación es la tasa de crecimiento promedio en los precios de una canasta básica de bienes y servicios de un periodo a otro. En México, el INEGI se encarga de medir la inflación a través del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC).
Frecuentemente se escucha que la inflación afecta el poder adquisitivo de las personas, pero ¿qué significa esto? El término se puede ejemplificar de la siguiente manera: Si el salario y los ahorros de una persona se mantienen constantes, mientras los precios de los bienes/servicios incrementan, entonces el ingreso presente y ahorros en el futuro, cada vez alcanzará menos para adquirir bienes y servicios. En pocas palabras, la inflación afecta el consumo presente y futuro.
¿Cuál es la inflación que más repercute en el consumo? El INPC representa el consumo promedio de los hogares mexicanos, pero seguramente el consumo de cada persona difiere de este promedio. La diferencia se debe a factores como la edad, el rol en la familia, estado civil, nivel socioeconómico, patrones de consumo, entre otros.
Un ejemplo de ello es el gasto en vivienda: en el INPC se estima que en promedio una familia destina el 14% de su consumo entre vivienda propia y renta, pero hay familias que gastan más del 30% de su consumo total, aunque existen casos como jóvenes recién egresados de la universidad que, al vivir con sus padres, casi no gastan en vivienda.
Hay que recordar que el salario normalmente aumenta conforme a la inflación general de México (sin contemplar ascensos o promociones), entonces si un salario incrementa en menor proporción que el precio de los bienes o servicios que regularmente una persona consume (llamémosle inflación personal), su poder adquisitivo disminuye con el paso del tiempo. Retomando el ejemplo de los hoteles y gastos turísticos, como su inflación ha sido mayor a la inflación general y posiblemente al salario de las personas que desean realizar un viaje, al día de hoy el costo del viaje se verá incrementado.
Es importante que cada persona se sensibilice con respecto a su poder adquisitivo, es deseable que identifiquen su canasta básica, revisen cómo incrementa su precio a través del tiempo y lo comparen con tu aumento en el salario. Un buen comienzo es reconocer los elementos en los que más se gasta.
Si se quiere disminuir el impacto de la inflación personal en las finanzas es indispensable que se tenga una base de ahorro fija en lugar de ahorrar solo el remanente de lo que gasta a la quincena. Es recomendable que esos recursos se inviertan porque, bajo esta perspectiva, los rendimientos tendrán tres objetivos:
- Mantener el poder adquisitivo de los ahorros para el consumo futuro
- Generar una reserva por si la inflación personal es mayor al incremento salarial
- Incrementar el patrimonio
Cumplir con estos objetivos permitirá que las personas mantengan su calidad de vida y para conseguirlo, será necesario que el rendimiento neto de sus inversiones en el mediano/largo plazo sea igual o mayor a su inflación personal. El alza generalizada en los precios es uno de los fenómenos que más afectan las finanzas personales. Afortunadamente, hacer una inversión está al alcance de todos, siempre y cuando se busque la asesoría de un especialista en inversiones.
Julio Sánchez, CFA
Portfolio Manager, Asset Management BBVA
julioalberto.sanchez.trujillo@bbva.com