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Guía 2022, ¡abróchese los cinturones!

Por Roberto Aguilar

Los indicadores más recientes y las expectativas de la economía para el siguiente año no son nada alentadores, y es urgente diseñar un plan de contingencia para las finanzas personales, y evitar hasta donde sea posible que los efectos, no sólo sean muy profundos, sino también más duraderos

El próximo año no pinta nada bien. Se espera un menor crecimiento económico y una mayor inflación, una combinación muy peligrosa para las finanzas personales y familiares. Y no, no es un mensaje de alarma, sino más bien de advertencia para prepararnos con tiempo y enfrentar el panorama más complicados que es, digamos, parte de las inevitables secuelas de la pandemia que alteró todos los aspectos de la vida, principalmente los económicos.

La pandemia provocó una caída histórica de la economía mexicana en su conjunto, más de un millón de personas perdieron su empleo, muchas empresas, en el mejor de los casos, se achicaron, otras no aguantaron y tuvieron que cerrar. Sin embargo, y conforme se reestablecieron las actividades económicas se comenzó a recuperar parte de todo lo perdido, pero sólo una parte, y luego por factores externos como las cadenas de abasto y el aumento de los costos, perdió ritmo la recuperación y la noticia es que pareciera que en 2022 seguirá la apatía, provocando que las empresas y los propios consumidores seamos más cautelosos.

Además hay que sumar que el coronavirus seguirá presente por mucho tiempo, con nuevas mutaciones que podrían ser mucho más peligrosas, y entonces debemos de aprender a convivir con el virus por mucho más tiempo hasta que realmente se controle y se logré domar totalmente.

Entonces el riesgo laboral, de una menor capacidad de compra, e incluso el de la salud, será mayor, y en esa medida debemos preparar un plan para, primero, amortiguar los efectos de los primeros meses del siguiente año, como la llamada cuesta de enero, y luego que dicho escudo nos permita sortear la situación hasta que realmente la recuperación de la economía sea más sólida, pero sobretodo sostenida.

Pareciera muy retador y complicado lo que vendrá, y sí lo es, y por eso debemos, literalmente, blindar nuestras finanzas para todas las situaciones que se pudieran presentar, y sino fuera el caso, es decir que no sea tan malo como se espera, el ejercicio nos servirá para disciplinar nuestras finanzas y mejorar la capacidad de ahorro, de inversión, de compra y transitar de una emergencia a un hábito que cambiará y mejorará la situación financiera.

Controlar los gastos, evitando los excesos y buscando todos los ahorros posibles; evitar contraer nuevas deudas y cumplir en tiempo y forma con las existentes; crear, o si fuera el caso engrosar un fondo para emergencias; evaluar la compra de un seguro de gastos médicos mayores y de vida; buscar alternativas de capacitación y actualización, hay muchas opciones gratuitas, para aspirar a un mejor puesto o explorar nuevas oportunidades; mejorar los hábitos alimenticios y eliminar los excesos, decisión que además de tu bolsillo, lo agradecerá tu salud; y ser constante, y eso sí jamás abandonar, todos los planes de corto, mediano y largo plazo que te propongas.

Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad del autor y pueden no coincidir con las de BBVA.