¿Qué es una compra impulsiva?
Cada vez que compras algo que no tenías planeando adquirir, puede tratarse de una compra impulsiva, sin importar los tipos de gastos que estés haciendo. Puede ser algo tan pequeño como un antojito o mucho más costoso, por ejemplo, comprar un nuevo dispositivo móvil. Si no lo tienes previsto con anticipación, es un impulso.
Las grandes tiendas dedican fuertes cantidades de recursos para explotar esa característica en sus compradores y cualquier empresa puede usar ideas novedosas para vender más cosas a compradores impulsivos.
Hay muchas formas en que el marketing y la publicidad pueden afectar la decisión de los compradores, por lo que es muy recomendable reconocer cuando se piensa hacer una compra impulsiva y así evitarla.
¿Qué es ser impulsivo?
Para las personas impulsivas, las emociones juegan un papel muy importante y el problema es que sus finanzas personales lo resienten. Una persona impulsiva es aquella que tiene muy poca capacidad para contener sus primeros impulsos y actúa sin mediar en las repercusiones inmediatas y a futuro que tendrán sus acciones.
Analizar tus emociones e impulsos es la forma de dejar de lado ciertos tipos de gastos y dejar que la compras por impulso tomen el control de tu dinero. Comprar se siente bien, pero mucho de esa sensación puede ser solo momentánea.
¿Cómo darte cuenta de una compra impulsiva?
Hay algunos signos que te pueden ayudar a reconocer las compras por impulso y así buscar controlarlas.
- Haces un presupuesto, pero no lo sigues. Necesitas un presupuesto, lo sabes, tal vez hasta lo haces y en el último minuto compras cosas que no necesitas.
- Te das demasiados permisos para gastar. Este es el claro ejemplo de las personas que les gusta estrenar a tener la idea de haber comprado algo nuevo todo el tiempo. Es una sensación dominada por la emoción que produce, pero la realidad es que al ser producida de forma artificial en el cerebro, no dura mucho tiempo y vuelves a gastar.
- No esperas un día antes de comprar. Esto se refiere a que no haces la evaluación de la compra que vas a realizar; no te preguntas si lo quieres o necesitas y los beneficios que te puede traer, así como considerar cuánto esfuerzo de tu trabajo te cuesta comprarlo.
- Compras cuando estés emocional. Si permites que tus emociones controlen tus hábitos de consumo y haces compras en momentos de felicidad para aumentar el bienestar o en los de tristeza para sentirte mejor, eres un comprador compulsivo.
- Las compras que realizas causan problemas personales. Si te ha sucedido que después de adquirir algo que no reflexionaste adecuadamente, empiezas a tener problemas contigo mismo, entonces puede tratarse de una compra impulsiva.
Para conducir tus impulsos hacia algo productivo, puedes hacer retos para ahorrar dinero. En ocasiones los desafíos de ahorro o lo de evitar hacer ciertos tipos de gastos pueden ser de ayuda. Puedes elegir el reto que mejor vaya contigo en el tiempo y por las cantidades que quieras.
Es innegable la diversión de comprar algo inesperadamente, pero esa emoción nunca dura por mucho tiempo. Aprende a ser disciplinado con tu dinero y comienza a ahorrar. Esto te traerá tranquilidad y la posibilidad de mantener una buena salud financiera.