En ocasiones las deudas son tan fuertes que puedes pasar años completos tratando de superarlas sin conseguirlo, deteriorándose cada vez más tu salud financiera y dejando de lado la construcción de tu patrimonio.
Pero aunque en ocasiones te parezca imposible, siempre puedes salir adelante de una deuda, solo hacen falta ganas, disciplina, organización y trabajo, todo con la idea de recuperar tu salud financiera.
¿Qué es una deuda?
Una deuda es una obligación de devolver algo. En el caso específico de las deudas financieras, son obligaciones de reintegrar el dinero prestado más los intereses que conlleva el tiempo que tomó hacer la devolución. Las deudas tienen condiciones que son pactadas antes de la adquisición de la obligación.
El que ha pedido dinero prestado es conocido como deudor y quien ha prestado el dinero es conocido como acreedor.
- ¿Para qué contraer una deuda? Cuando requieres de financiamiento, pues no cuentas con el suficiente efectivo para comprar un bien o servicio en ese momento. Cuando una deuda es bien manejada, es un vehículo para aumentar tu patrimonio, ya que te permite financiar en el tiempo las compras de bienes que, de otra forma, tendrías que esperar mucho para tener.
- ¿Cómo se sale de control una deuda? Los problemas inician cuando el costo del financiamiento no puede ser reintegrado por el acreedor. Esto sucede por múltiples razones, pero las dos más comunes son que la deuda ha superado tu capacidad de endeudamiento y, la otra, es cuando tus ingresos disminuyen y por lo tanto no puedes continuar realizando los pagos.
- ¿Qué es la capacidad de endeudamiento? Se trata de la posibilidad de generar ingresos suficientes para cumplir con las obligaciones de deuda y seguir manteniendo el mismo estilo de vida, es decir sin sacrificar nada. Cuando superas tu capacidad de endeudamiento puedes buscar generar más recursos, redistribuir tus ingresos (aunque signifique cambiar tu estilo de vida), tratar de renegociar la deuda o solicitar un nuevo préstamo que te ayude a pagar el otro, como puede ser el caso de una hipoteca.
- ¿Cómo calcular la capacidad de endeudamiento? Para saber cuál es tu capacidad de endeudamiento es necesario que conozcas exactamente el monto de tus ingresos mensuales y después calcules el monto de tus gastos fijos. Luego, deberás restar los gastos fijos a tu presupuesto mensual y el resultado multiplicarlo por 0.40. La idea es que conozcas cuál es el 40% de tus ingresos después de quitar los gastos fijos, ya que no es recomendable que excedas ese porcentaje de ingresos mensuales para cubrir tus obligaciones financieras.
- ¿Qué consideraciones debes tener antes de endeudarte? Las deudas suelen ser muy útiles para acelerar el crecimiento de tu patrimonio, pero debes tener en cuenta los recursos presentes y futuros con los que contarás, es decir, conocer tu presupuesto y procurar no sobrepasar tu capacidad de endeudamiento.
- ¿Existe la deuda buena y la deuda mala? Muchos asesores financieros te explicarán que existe "deuda buena" y "deuda mala". Se trata de la distinción entre las consecuencias que tiene la deuda, pues se cree que la deuda mala es aquella que te empobrece, mientras que la deuda buena es la que te ayuda a incrementar tus activos financieros. Por ejemplo, comprar una computadora que no necesitas (aunque sea a meses sin intereses) es una deuda que te empobrece. Por otro lado, una deuda que tomas con la idea de invertir y sacar un rendimiento de ella es una buena deuda porque aunque debas pagarla, los rendimientos te permiten hacer crecer tu patrimonio.
¿Qué pasa si dejo de pagar mis deudas?
No todo tiene que ver con un mal entorno económico, puede ser que tengas un bache financiero o que te quedes sin trabajo; en esos casos es muy fácil caer en la tentación de no pagar las deudas.
Sin embargo, existen varios problemas que te puede traer esta situación:
- Aumento de la deuda. Lo primero que sucede es que aumenta tu deuda porque los intereses comienzan a acumularse, pero también se incrementan las comisiones y los cargos extras por la tardanza en los pagos. Si dejas de pagar, los intereses harán que la deuda se vuelva muy difícil de cubrir.
- Mala calificación crediticia. Una de las consecuencias inmediatas es la mala calificación de crédito en cualquiera de las instituciones encargadas de llevar este registro, como el Buró de Crédito y el Círculo de Crédito. Todas las personas que tengan algún producto financiero tienen la información referente al comportamiento de sus cuentas en un documento que se llama “historial crediticio”. Ahí está el registro de tu comportamiento, es decir si pagas, cuánto pagas y cómo te comportas. Todo lo que hagas suma o resta puntos a tu calificación final que se usa para saber qué tan buen cliente financiero eres.
- No poder acceder a otros productos financieros. El verdadero problema de tener una mala calificación en el Buró de Crédito o en el Círculo de Crédito, es que esa información se usa como referencia de consulta antes de otorgar un producto financiero, por lo que si tienes una mala calificación, puedes olvidarte de los créditos hipotecarios, los automotrices, las tarjetas de crédito o los préstamos personales. Todos los bancos tienen acceso a esa información, por lo que no puedes cambiar de banco para tratar de obtener un nuevo crédito. Sin embargo, es una calificación dinámica, por lo que si empiezas a pagar o liquidas la deuda, tu calificación mejora.
Tipos de productos con deuda
Sin embargo, todos son diferentes, ya que existen productos de crédito para resolver distintas necesidades y aunque todos tienen un funcionamiento similar, tienen características específicas.
- Crédito hipotecario. Suelen ser créditos a muy largo plazo, es decir más de 5 años, puesto que las cantidades de dinero que prestan son mayores, ya que los bienes inmuebles tienen valores altos. A los créditos hipotecarios hay que agregarles componentes como seguros de vida que se incluyen en el precio del crédito u otros accesorios que puedes agregar. Otra diferencia principal es que para que te otorguen un crédito hipotecario tendrás que mostrar cuál es el inmueble que quieres adquirir y tener una buena cantidad de dinero ahorrado para pagar el enganche.
- Créditos automotrices. Son créditos para la compra de automóviles. Al igual que con los créditos hipotecarios tienen un fin definido y se requiere tener un enganche. Las tasas de interés suelen ser competitivas, puesto que hay muchas instituciones que ofrecen productos similares.
- Créditos personales, de nómina o sin aval. Puedes usar este tipo de créditos para lo que sea, ya que no están atados a la compra de un bien. La idea de este tipo de préstamos es que la tasa de interés sea un poco más alta y las cantidades no superan en muchas veces tu sueldo. Algunos de ellos cuentan con la modalidad de descuento automático de las parcialidades.
- Tarjetas de crédito. Son productos diferentes en el funcionamiento a los otros, puesto que con un plástico se trabaja con un sistema llamado crédito revolvente. En esencia, mientras los otros créditos solo pueden ser usados una vez, con una tarjeta, la línea de crédito se renueva cada cierto tiempo, por lo que mientras cumplas con los pagos totales de lo que has gastado, puedes usarla cuantas veces quieras.
Todos los productos anteriores pueden ser comparados con sus alternativas similares gracias al CAT.
¿Qué es el CAT?
El Costo Anual Total, es una medida que se utiliza para conocer el costo real de un crédito. Se expresa en términos porcentuales anuales y sirve como una medida comparativa entre productos similares, pues es una referencia que coloca a todos los créditos que están en oferta en una misma línea.
- ¿Qué considera? El CAT de un producto crediticio puede incluir elementos tales como la tasa de interés, la anualidad (en el caso de los productos que exijan un pago anual), las comisiones y los seguros que se incluyen.
- ¿Cuál es su objetivo? Gracias al CAT puedes comparar entre las diferentes ofertas de un mismo tipo de crédito, sin importar el tipo o el plazo, puesto que se creó con el objetivo de que puedas tomar la mejor decisión con respecto al costo del financiamiento.
- ¿Cómo se interpreta? Un CAT alto no es necesariamente un producto caro, ya que podría considerar más servicios que otros, por ejemplo, en el caso de un crédito hipotecario, puede que el CAT de un producto sea de 20% anual y el de otro que sea del 10 por ciento. Pero en el caso del de 20%, puede que incluya un seguro de vida, para que en caso de que faltes el seguro se haga cargo de los pagos restantes.
Conoce cómo salir de deudas
Si por algún motivo has caído en una deuda de la que es muy difícil salir, lo primero que debes hacer es hablar con tu banco. Dependiendo de la situación, las instituciones financieras pueden ayudarte a encontrar una solución.
Una de las estrategias más comunes es la consolidación de deudas, que se trata de una forma de juntar los pagos de todas tus obligaciones acercándote a una institución que te ofrezca mejores condiciones de pago, te ayude a liquidar tus deudas con otros bancos y te apoye con la elaboración de un plan de pagos para que tengas todo en una sola deuda. De esta manera no enfrentas obligaciones con distintos acuerdos, diferentes condiciones y varias tasas de interés.
- Los planes no son para todos los casos. El monto que acuerdes pagar por lo general dependerá de la situación en la que te encuentres, y en algunos casos no podrás solicitarlo directamente, pues algunos bancos envían una invitación únicamente a aquellos clientes a los que se les considera aptos para este tipo de programas. Debes tener presente que puedes terminar pagando por mucho más tiempo para liquidar una deuda, aunque el pago mensual que tengas que hacer pueda ser menor, y por lo tanto puedas afrontarlo.
- Puedes reunir todas tus obligaciones. Este tipo de esquemas aceptan la transferencia de otras deudas procedentes de tarjetas bancarias de otras instituciones de crédito y, además, de tiendas departamentales.
- Plazos convenientes. Para este tipo de soluciones existen plazos que van desde los 6 hasta los 48 meses, pero también existe la posibilidad de que determines junto con tu ejecutivo el diseño de un plan de pagos diferente.
- Te ayuda con la gestión de tu dinero. Llevar a cabo una consolidación de deudas implica reunir tus distintas obligaciones en un pago mensual único, por lo que administras de mejor manera tu dinero y tendrás un mejor seguimiento de lo que debes pagar.
Puedes usar alguna de estas estrategias para salir de deudas ordenadamente:
- Consolidación de deuda. Implica pedir un crédito que tenga intereses y CAT más barato que el de las deudas que tengas, para luego pagar tus otros pasivos y quedarte solo con una obligación que sea más cómoda.
- Hipoteca. Se trata de usar tu patrimonio como una garantía para salir de deudas, ya que un inmueble te ofrece la posibilidad de obtener liquidez con una tasa de interés más baja y la posibilidad de elegir un mejor plazo.
- Crédito personal. Solicita la cantidad de dinero en efectivo que requieras para salir de deudas. Es importante que consideres tus opciones, pues existen distintos tipos y lo ideal es que tomes en cuenta las condiciones y comisiones que pueden aplicar en uno y otro.
- Vende objetos que no sean indispensables. Se trata de vender algunos activos que tengas con la idea de obtener un poco de liquidez. No te deshagas de cosas que puedes necesitar más adelante, puesto que solo es un apoyo transitorio para salir de deudas.
- Evita ir a casas de empeño. Las casas de empeño pueden parecer una buena opción, pero no son recomendables. Sin darte cuenta podrías empeñar alguno de tus activos más preciados por un precio ínfimo y con una tasa de interés oculta (realmente alta) que castigará tus finanzas.
Consejos para ordenar tus finanzas
- Realiza un presupuesto. El primer paso es realizar un presupuesto general de tu situación; debes estar muy seguro de cuáles son tus gastos fijos e indispensables (agua, luz, gas, renta o hipoteca, comida y transporte) y debes conocer a la perfección cuánto debes, en qué servicio financiero y cuánto es lo que tienes que aportar para hacer la deuda cada vez más pequeña. Organiza tu presupuesto para que una vez que hayas cubierto tus gastos fijos esenciales, puedas destinar el resto al pago de las deudas. Esto te ayudará a saber el camino de cómo salir de deudas.
- Amortiza cada mes tus deudas. Puedes destinar un porcentaje siempre fijo de tus ingresos al pago de deudas, de esta forma te será posible avanzar de manera ordenada hacia el final de las deudas.
- Lleva un registro de tus gastos. Cada vez que gastes en algo anótalo, con la intención de hacer un registro de las salidas de dinero que tienes. Te darás cuenta de todas las compras que haces que pueden ser reemplazadas por otros productos o servicios de mejor relación valor-precio, pero también te darás cuenta de todos los gastos que puedes eliminar por completo. Cuando hagas un registro de gastos, te enfrentarás a los “gastos hormiga”, que son las compras innecesarias que haces y que se consumen hasta el 10% de tu presupuesto mensual.
- Paga más del mínimo. En todos los financiamientos, pero sobre todo en las tarjetas de crédito, existe la opción de un pago mínimo con el que al hacerlo abonas un porcentaje muy pequeño de la deuda total, por lo que seguirá generando intereses, pero puedes seguir usando la tarjeta, pues se contempla como una aportación y no se bloquea tu cuenta. Sin embargo, hacer solamente el pago mínimo no es aconsejable, puesto que la deuda sigue creciendo por lo intereses y a menos de que dejes de usar la tarjeta por completo, te tardarás mucho tiempo en terminar de pagarla. Es altamente recomendable que siempre realices un pago que sea considerablemente mayor al mínimo requerido.
- Usa una sola tarjeta. Uno de los mejores consejos que te pueden dar cuando quieres saber cómo salir de deudas es usar una sola tarjeta. Además, si tienes deudas en más de una sola tarjeta de crédito, lo primero que tienes que hacer es realizar aportaciones mayores a la tarjeta que tenga el CAT más alto o en la que tengas la mayor deuda, de esta manera harás avances significativos, pero solo si la dejas de usar o disminuyes tus gastos por un tiempo.
- Incrementa tus ingresos. Puedes buscar la forma de aumentar tus ingresos, con el objetivo de aportar una mayor cantidad de dinero a tus deudas. Busca monetizar tus tiempos libres o tus habilidades para que no sea tan pesado. Por ejemplo, puedes vender productos que no usas o dictar clases en línea.
Aprende a ahorrar
Puede que hayas pasado por un imprevisto y esa sea la razón por la que tuviste que endeudarte por encima de tu capacidad de pago y sin embargo, un ahorro para emergencias pudo haberte salvado de esa situación.
La idea es que cambies algunos gastos por ahorro, es decir, que los egresos que hayas eliminado de tu mes y una vez que tus obligaciones se encuentren bajo control, sigas guardando dinero puesto que ya estás acostumbrado a no usarlo en el día a día, de forma que siempre tengas un colchón frente a imprevistos o puedas prepararte para tu futuro.
Lo mejor del ahorro es que puedes planearlo por adelantado de forma que si quieres salir de vacaciones, vayas juntando dinero en lugar de endeudarte. Para llevar a cabo esto es importante que generes objetivos claros y definas cuáles son las metas que quieres alcanzar.
Desarrolla buenos hábitos financieros
- Es mejor estar saludable financieramente. Poco a poco te darás cuenta de que es mejor tener una buena salud financiera que muchas deudas. Puede que con deudas vivas a gusto un tiempo, hasta que sobrepasen tu capacidad de endeudamiento y entonces te enfrentarás a la difícil situación de salir de esas deudas.
- Toma tiempo, pero paga dividendos. Por el contrario, si desarrollas buenos hábitos financieros, puede que el inicio sea complicado, pero gracias a lo que vas construyendo nunca necesitarás endeudarte de más y utilizarás el crédito para aumentar significativamente tu patrimonio.
Siempre es posible salir de las deudas, pero debes organizarte, colocarte objetivos, pero sobre todo comprometerte a hacerlo con disciplina y esfuerzo. Saldar una deuda es un proceso mucho más arduo que contraerla, pero con la actitud correcta puedes salir adelante.