Para desarrollar nuevos proyectos, la ayuda de la banca es fundamental; por eso conocer tu capacidad de endeudamiento es clave para materializarlos.
¿Cómo analizar mi estado financiero?
De seguro estás al tanto del salario que ganas cada mes, pero, ¿sabes de manera precisa cuáles son tus egresos? ¿Conoces el monto exacto de tus deudas y el tiempo que te falta para cumplir esas obligaciones? Si la respuesta es no, entonces es momento de que analices tu estado financiero.
Entre las categorías para hacer esta revisión se encuentran:
- Ingresos. Son la piedra angular de tu economía y los que determinarán las opciones financieras que tienes en este momento específico de tu vida. Debes tomar en cuenta todos los ingresos que entren a tus arcas personales, incluidas las devoluciones de dinero que prestaste a terceros o algún trabajo del tipo freelance. Una vez que sumes todo eso, tendrás tus ingresos totales por mes.
- Egresos. Pueden ser muy difíciles de calcular si no eres ordenado con tus cuentas y llevas un registro de todo lo que gastas. En esta categoría debes incluir todo aquello en lo que desembolsas dinero de manera regular, como por ejemplo, la renta, servicios básicos, combustible y alimentación. No te olvides de incluir los gastos hormiga, que si bien parecen irrelevantes, sumados pueden ser una fuente importante de gastos.
- Deudas. En este aspecto, debes considerar todas aquellas deudas que hayas adquirido durante el último tiempo y que tengas que seguir pagando. Desde el monto que tienes que abonar mensualmente en tu tarjeta de crédito, hasta el dinero que le debes a algún amigo, pasando por préstamos personales o créditos hipotecarios, recoge toda esa información y súmala para saber cuánto es el monto total que debes en la actualidad.
- Dinero remanente. Esta categoría se refiere al dinero que te sobra al final del mes. Una vez que recibiste tus ingresos mensuales y descuentas tanto los egresos como las deudas, el dinero que te queda es lo que realmente tienes disponible. Si ese monto es igual a cero, entonces te encuentras al límite de tu capacidad financiera; si es negativo, estás haciendo algo mal y es momento de hacer algunos ajustes, porque estás gastando más allá de tus posibilidades.
- Patrimonio personal. Son aquellos bienes de gran valor que posees y que podrías liquidar en momentos de apremio financiero o que te sirven para solicitar algún tipo de financiamiento a entidades bancarias. En esta categoría se deben incluir, por ejemplo, todos los bienes raíces y automóviles.
¿Cómo calcular la capacidad de endeudamiento de una persona?
Previo a solicitar cualquier tipo de préstamo, crédito o incluso a comprometerse a una compra a plazo por un alto monto, es esencial conocer cuál es tu capacidad de endeudamiento. Pero, ¿qué es eso? Es la cantidad máxima de deuda que puedes asumir sin tener problemas de solvencia y se suele calcular como un porcentaje de tus ingresos.
- Conocer cuál es tu verdadera capacidad de endeudamiento es clave para saber cuánto es lo que puedes pagar sin comprometer la integridad de tus finanzas personales. Además, es un indicador fundamental que las entidades bancarias tendrán en cuenta para decidir si conceder o no cualquier tipo de financiamiento.
- Según expertos, la capacidad de endeudamiento se debería situar entre el 30% y 35% de los ingresos de una persona. Así, para saber de manera precisa cuál es este indicador, deberás calcular cuáles son tus ingresos mensuales y tus gastos fijos durante ese periodo, entre los que deberás considerar, créditos, servicios básicos, combustible, alimentación y otros.
Luego, para calcular tu capacidad de endeudamiento debes seguir la siguiente ecuación:
- Capacidad de Endeudamiento = (Ingresos Mensuales – Gastos Fijos) x 0,35.
- Es decir, debes restar los gastos fijos a tus ingresos y el resultado multiplicarlo por 35%.
Como puedes ver, calcular tu capacidad de endeudamiento no es complicado y te ayudará a saber si es que puedes adquirir nuevas deudas en algún momento en particular. Recuerda que solo debes tomar nuevos compromisos financieros si es que tienes la seguridad de que serás capaz de pagarlos de manera regular.