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La educación financiera comienza desde la niñez

16 feb. 2024

Así como las personas reciben una formación desde la niñez, la educación financiera debería estar considerada en esta preparación, ya que alguien con buenos hábitos aprende con base en costumbres y tradiciones familiares, que se complementan con la preparación académica. Tan es así que los hechos se quedan grabados en la memoria hasta convertirse en actos conscientes y voluntarios.

Conceptos básicos como gasto y ahorro se pueden enseñar a los pequeños a partir de los tres años, y en edades de más de seis o siete años se puede profundizar en la práctica de capacidades financieras con el objetivo de prepararlos para el momento en que tengan que afrontar situaciones financieras de la vida adulta. 

Los niños son sumamente receptivos a los estímulos externos; todo lo que ven y escuchan con frecuencia queda grabado en su memoria y es por eso que se les tiene que educar gradualmente tomando en cuenta su edad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) coinciden en que los niños  deben estar expuestos el menor tiempo posible a una pantalla y cuando así sea, siempre con la supervisión de un adulto, de ahí la importancia de diseñar una estrategia acorde a la etapa del infante.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en colaboración con el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), en la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) estiman que la población de seis años o más que contaba con un teléfono celular, pasó de 85.5 millones (78.3% de esta población) a 93.8 millones (79.2% de esta población), lo que representó un incremento de 4.3 puntos porcentuales entre 2019 y 2022.

Conforme las generaciones avanzan su relación con las nuevas tecnologías va creciendo, por lo que se les hace más fácil entender y manejar herramientas que les ofrecen conocimientos financieros. El Banco de México y la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF), cuentan con sitios para diferentes etapas de la vida de un menor de edad en las que promueven y fortalecen la educación en temas como el ahorro, el valor del dinero y en cómo resolver problemas financieros de la vida cotidiana.

La tecnología se ha convertido en un aliado clave en la educación financiera, nutriendo el lado positivo del debate sobre el uso de teléfonos inteligentes a temprana edad, mismo que queda de manifiesto; puede resultar favorable si se orienta de la forma adecuada y bien administrada por los padres.

El legado más grande y uno de los mejores regalos que se pueden dejar a un hijo, no se enfoca necesariamente en lo material, sino en un activo positivo representado en la buena educación financiera. Este atributo les permitirá superar obstáculos y abrirse camino en el futuro. Si desde pequeños se les forma la cultura de ahorro, los desafíos financieros de la vida adulta serán más fáciles de solventar. 

Tener un ahorro para imprevistos, un apartado para gastos recurrentes, así como un adecuado control financiero será fácil de llevar a cabo, si estas buenas costumbres financieras se fomentan desde la niñez porque serán parte de los hábitos que los futuros adultos aprendieron a temprana edad.   

Gerardo Alan Rojas Luna
Technology & Production
Asset Management México