Información

Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios y mostrar a los usuarios publicidad relacionada con sus preferencias. Si se continúa navegando, consideramos que se acepta su uso. Es posible cambiar la configuración u obtener más información.

Más información

Inflación 2021, cómo afecta y qué se puede hacer

4 feb. 2022

Luis Antonio Espinosa Carrasco

Como es sabido el país se encuentra en un momento de inflación elevada, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) se ubicó en 7.36% al cierre del 2021 y no había tenido ese nivel desde hace más de veinte años.

Adicionalmente, para 2022 se espera una inflación de 4.22% (de acuerdo con la Encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado, diciembre 2021), es decir, durante 2022 la inflación se mantendrá por encima del objetivo de Banxico de 3.0% +/- uno por ciento. 

¿Cómo afecta este hecho a las finanzas personales y decisiones financieras para 2022? En primer lugar, es importante tomar en cuenta que un INPC en niveles altos, se entiende como una aceleración en la pérdida de poder adquisitivo del dinero, en donde se observa que los ingresos de la población no se ajustan a la misma velocidad o al mismo nivel que los demás precios. Lo que se refleja en que este mes se va a requerir un monto mayor de dinero para comprar la misma cantidad de bienes y servicios que en febrero de 2021. 

Bajo este escenario, se vuelve importante ajustar las decisiones financieras para que sean adecuadas a las condiciones económicas de 2022 en un rubro que es altamente relevante: el ahorro. 

El paso inicial es hacer una evaluación de los hábitos de ahorro personales y conocer si inicialmente se cuenta con un “fondo de emergencia”, de no contar con él, formarlo será la prioridad. De acuerdo con la ENIF 2018, solamente el 42.9% de los adultos entre 18 y 70 años podría pagar con sus ahorros una urgencia económica igual a lo que gana en un mes. La identificación mediante un presupuesto de los gastos recurrentes de cada mes y aquellos gastos ocasionales o únicos que pudiesen derivar en una oportunidad de ahorro, es crucial.

El siguiente paso es proteger el poder adquisitivo de los ahorros. Existen en el mercado diversas opciones para invertir y obtener un rendimiento sobre el dinero ahorrado acorde a diversas necesidades de disponibilidad de esos recursos y a cada perfil de inversionista: conservador, para quienes optan por mayor seguridad, aunque los rendimientos sean relativamente bajos; moderado, cuando se puede asumir un riesgo parcial o bajo en aras de obtener un mejor rendimiento; y agresivo, cuando se buscan mayores rendimientos y se pueden asumir mayores riesgos que incluyen la posibilidad de pérdidas. 

En términos de instrumentos financieros, los de renta fija aseguran un rendimiento sin comprometer el monto ahorrado, uno de los factores más relevantes a considerar al momento de comparar diversos instrumentos de renta fija (pagarés, cedes o cetes) es su rendimiento real, es decir, la diferencia entre los rendimientos del activo y la inflación. En el caso de los instrumentos de renta variable (acciones, derivados o divisas) las estimaciones de rédito son mayores, a costa de un rendimiento variable e incluso negativo. Los fondos de inversión suelen combinar ambos tipos de activos buscando equilibrar rendimientos y riesgo, enfocándose en inversionistas moderados a agresivos. 

Adicional a estas estrategias de ahorro e inversión, es importante mencionar la amplia gama de herramientas digitales con las que se disponen hoy en día en internet para acercarse a las metas de ahorro de este año como planeadores y calculadoras financieras, aplicaciones de banca móvil, talleres online de educación financiera, entre otras. Cada una de ellas, pueden ayudar a generar mejores hábitos de ahorro, a tener un mejor control de las finanzas personales e incluso, a facilitar la comparación o contratación de instrumentos financieros sin necesidad de acudir a una institución financiera, permitiendo así ahorrar tiempo y lo más importante, lograr que el dinero no pierda su capacidad de compra ante la elevada inflación.

Luis Antonio Espinosa Carrasco
Economista – BBVA Research
luisantonio.espinosa.carrasco@bbva.com