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Crecimiento profesional: aumento salarial vs incremento en la compensación base

20 sept. 2019

El incremento salarial promedio cuando una persona se cambia de empresa es entre 15 y 20%. Existen ocasiones en las que este cambio en lugar de beneficiar al empleado repercute en sus finanzas personales porque no consideró el resto de las prestaciones ni, peor aún, su compensación base actual.

Usualmente cuando una persona piensa en crecimiento profesional lo relaciona inmediatamente con incremento salarial. Ejemplo de ello es el aumento que espera un empleado al cambiarse de empresa, pero esta perspectiva requiere complementarse antes de tomar una decisión. Para poder realizar un comparativo, en primera instancia, se necesita identificar el ingreso total anual compuesto por salario fijo y variable, aguinaldo, repartición de utilidades, entre otras entradas de efectivo. Posteriormente hay que cuantificar las prestaciones que brinda la compañía.

Las empresas cuentan con diversos beneficios para sus empleados, como los comedores para empleados, el seguro de gastos médicos y la caja de ahorro que, más allá de ser un ingreso de efectivo, se reciben en forma de ahorro o inversión y finalmente representan un beneficio económico. Hay otras prestaciones que varían acorde a la industria. Cuantificando las prestaciones, el ingreso total anual puede aumentar entre 15 y 30%, por lo que, si se cambia de empleo, es probable que el incremento neto sea nulo o inclusive represente un decrecimiento que afecte sus finanzas personales si no se consideraron las prestaciones empresariales.

La compensación base es un análisis aún más profundo porque incluye ciertos “extras”, como menciona Daniel H. Pink. Estos elementos adicionales actualmente se identifican como salario emocional cuya característica principal es la intangibilidad. Algunos ejemplos son la cultura organizacional, tipo de liderazgo del superior, flexibilidad de tiempo, distancia al lugar de trabajo, ambiente laboral, entre otros. Ciertamente, al ser elementos intangibles, es complicado cuantificar cada uno de estos beneficios; sin embargo, resulta indispensable valorarlos para realizar una comparación efectiva de empleos y, más importante aún, para identificar si éstos se alinean con las aspiraciones personales y profesionales. Uno de los casos más representativos al respecto es el de los emprendedores, quienes, como beneficio intangible de gran valor, tienen su independencia al no trabajar para un tercero.

De acuerdo con diversos estudios realizados por ISIL y Deloitte, los centennials y millennials tienen una expectativa de permanencia en su empleo actual de dos a tres años, por lo que el principal motivo de movilidad laboral no es el dinero sino el aprendizaje continuo, el liderazgo del superior y el balance del trabajo con la vida personal. Es por esta razón que las empresas están llevando a cabo una transición hacia ofrecer una compensación base más atractiva la cual no es mediante el dinero (recurso limitado); esta evolución se está realizando a través del potencial que tiene el salario emocional.

Es importante mencionar que una mayor compensación base crea en los trabajadores una motivación intrínseca (inherente a superar retos y aprender) la cual es más productiva a comparación de una motivación extrínseca (basada solamente en recompensas económicas). De este modo, es viable establecer una relación ganar-ganar con la que el empleado se encuentra satisfecho y la empresa incrementa su productividad.

El crecimiento profesional, más allá de un aumento salarial, está alineado a un incremento continuo de la compensación base. Para ello es necesaria la propia preparación del trabajador, así como pertenecer a un entorno donde se fomente el desarrollo. Finalmente, es importante tomar conciencia de que esta compensación no sólo afecta las finanzas personales, sino que también repercute en la calidad de vida del empleado y su familia.